Mi querido amigo:
Te pido me disculpes.
La masacre que realizaron unos trasnochados y cobardes terroristas musulmanes asesinando fríamente con potentes armas de guerra a varios periodistas de la revista francesa Charlie Hebdo quienes solo portaban armas "letales" como son el lápiz, el papel y el humor…me dejaron totalmente fuera de circulación emocional.
Y me duele profundamente este criminal atentado porque me pasé mucho tiempo leyendo y tratando de entender El Coran, un libro que trata a Dios con las más bellas y dulces palabras que sólo los árabes musulmanes de aquel entonces lo podían escribir. Leí este libro de mas de 600 páginas -en la versión en español traducida por el Sheik Kamel Mustafa Hallak- de todas las formas posibles. También lo confronté con la Biblia para entender un poco más la vida de Mio Cid quien batalló formando parte de ejércitos cristianos y también de ejércitos musulmanes de quienes fue su principal Capitán durante muchos años, y como Señor de varios pueblos musulmanes que los fue conquistando en su arduo y difícil camino de guerrero independiente hasta conquistar el reino de Valencia -también musulmán- y apropiarse de su corona para reinar en él.. Me pareció un libro interesante y me sentí orgulloso de haberlo leído.
Pero ese orgullo, querido amigo, se convirtió en un amargo sabor de boca por culpa del cobarde e injustificado asesinato de los periodistas de la revista francesa Charlie Hebdo ocurrida el pasado 7 de Enero. Anteriormente hice oídos sordos a todos los salvajes actos de violencia, de asesinatos, de bombardeos a civiles, de incendios y destrucción a Iglesias cristianas y judías llevados a cabo en diferentes países del mundo por estos asesinos radicales islamitas y me arrepiento de haberlo hecho. Creo que muchas otras personas, igual que yo, también estarán arrepentidos por no haber levantado la voz, por no haber salido a las calles a protestar, por no haber exigido fuertemente a sus gobiernos que también protesten con fuerza estos atropellos a la vida humana, por no haber levantado el lápiz, el borrador y el papel para dibujar, aunque sea con caricaturas, una protesta universal contra el actuar de estos asesinos. Por otra parte, tampoco comparto las "atrocidades artísticas" y literarias que cierta prensa escrita -como Charlie Ebdo- , radial y/o televisiva realiza sobre la figura del Profeta Mahoma, de los musulmanes y de su gente porque como dicen los entendidos debemos ser respetuosos para que nos respeten. Pero en esa parte estamos en deuda con ellos. No los hemos respetado. No hemos respetado sus creencias ni su forma de vida y como si fuera poco los hemos invadido -luego de haberlos expulsado de Europa- y masacrado a sus líderes para luego imponerles formas de gobierno "democráticos" cuando que ellos -los musulmanes- solo conocen arcaicos sistemas tribales de desarrollo y convivencia, y que hablarles de democracia es como hablarle a un marciano sobre la redondez de la tierra. Y tenemos la mente muy corta porque también olvidamos que gran parte del odio y resquemor que nos tienen los musulmanes se remontan hacia el año 1095 cuando un trasnochado Papa de la Iglesia cristiana romana llamado Urbano II solicitó a los diferentes gobernantes de la época se unieran para "recobrar" los Santos Lugares -que de Santos no tenían absolutamente nada- de manos de judíos y musulmanes. Este despropósito religioso dio lugar a unos doscientos años de guerra con su cuota de masacres y atrocidades cometidas por ambos bandos cuyo recuerdo quedó en la cultura popular musulmana acentuando las diferencias culturales entre las civilizaciones islámicas y cristianas, marcando la historia de la región hasta hoy.
Pero así como no se justifica las agresiones del mundo "occidental y cristiano" sobre los musulmanes, tampoco se justifica que terroristas asesinos y cobardes escudados en su religión maten, violen, incendien y destruyan en lugar de utilizar el diálogo, la palabra y el respeto hacia la humanidad para solucionar pacíficamente las diferencias existentes.
En la época del Mío Cid, querido amigo, y hasta la expulsión de los judíos y musulmanes de los reinos y señoríos que hoy conforman el reino español, gracias a la brillante idea de los llamados "Sus Católicas Majestades" amparados y respaldados por los "Vicarios de Cristo en la Tierra", la convivencia entre estas tres religiones se realizaba con tolerancia, amistad y aprendizaje. Tolerancia para trabajar y desarrollar los pueblos, amistad para que este desarrollo no quedara estancado por las distancias que se debían recorrer para enlazar los pueblos sin temor a ser asaltados y aprendizaje de la sabiduría que hacían gala el pueblo y gobierno musulmán para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones con sus técnicas de agricultura para el desarrollo del algodón para crear nuevos tejidos y cambiar los toscos y rudos vestidos de cuero y piel por otros mas amigables, con la invención del papel para escribir y crear bibliotecas o de un nuevo tipo de arroz para cocinar unas ricas paellas, o de cosas mas simples como el desarrollo de la música, de la danza y de la poesía cosas totalmente desconocidas por los ásperos cristianos de la época. A esa época los sesudos e inteligentes estudiosos la llaman el Período Obscuro. Como deberíamos llamar a esta época en que vivimos ahora y que está plagada de violencia, intolerancia, invasiones y crímenes sociales, políticos y religiosos? La Época de la Luz?
Y tu, qué opinas?
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