Nada perjudicó tanto a Mío Cid como su leyenda, esa leyenda que durante mas de Siete Siglos hizo de su biografía pura fantasía o simple negación. Aquí les cuento la verdadera historia de MIO CID, el de Vivar, guerrero invencible, Señor con mesnada propia y dueño de más de 50 Señoríos distribuidos a lo largo y ancho del Reino de Castilla, terror de moros y cristianos, Conquistador y Principe de Valencia.

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martes, 3 de febrero de 2015

GENEALOGIA DE MIO CID - Un segundón con aspiraciones reales?

 
Estatua de Mio Cid en el Pueblo de Vivar, Burgos, España
Hola mi querido amigo.
Como te había prometido en nuestra última conversación, hoy continúo con el tema del Linaje de Mio Cid, una materia fascinante atendiendo la gran cantidad de propuestas -algunas bastante interesantes y otras bastante estúpidas- escritas por filólogos, medievalistas, historiadores, farmaceúticos y chamanes dedicados a la genealogía. La diversidad de opiniones expresadas doctoralmente, mi querido amigo, hizo que el Linaje de Mio Cid casi -digo casi- se convirtiera en un asunto de Estado. O como dirían los estadounidenses, en un "Asunto Clasificado" .

Y la gran mayoría de este grupo de iluminados basaron sus apreciaciones en las opiniones expresadas -o mejor, escritas- por el eximio historiador, filólogo y medievalista don Ramón Menéndez Pidal en su monumental obra -mas de 30 volumenes- llamada "La España del Cid", aparecida allá por el año 1929, y donde el Linaje de Mio Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, provenía de una rama segundona de la aristocracia de esa época con sangre roja y no azul como muchos desearíamos que fuera para hacer honor al famoso dicho "Por mí los reyes reinan". Y si tú, querido amigo deseas comprobarlo por tí mismo sólo debes clickear -se dice así?- en el buscador de Internet de tu preferencia para que te aparezcan en cuestión de segundos las miles de páginas que hablan del Linaje de Mio Cid diciendo que era "un caballero medieval, infanzón de la segunda nobleza" o "el hijo de un Capitán de Fronteras" que gracias a su esfuerzo y valentía pudo emparentar a sus hijas con lo más alto de la nobleza de su tiempo. Hablando en cristiano, Menendez Pidal dijo algo parecido a que Mio Cid era un pobre diablo que gracias a su valor, audacia e inteligencia pudo llegar a lo más alto de la sociedad de su tiempo. La figura del caballero segundón -con linaje incluido- fué creada por Menéndez Pidal luego de leer, investigar, raspar y destruir, literalmente hablando, varias estrofas del primer monumento de la literatura castellana llamada "El Cantar de Mio Cid". Donde lee Menéndez Pidal, decían sus detractores, nunca nadie lo lee más.
El grave error del insigne maestro consistió en centrar su atención genealógica solamente en los ancestros de Rodrigo Díaz, El Castellano, en la frontera oriental del antiguo reino de León afirmando que "...La ascendencia de Diego Laínez (padre de Mio Cid) era, pues, muy venerable, aunque no de primera nobleza. El padre de Diego, Laín Nuñez, figura bastante en la corte del rey Fernando I; pero Diego Laínez debía llevar una vida muy retirada en Vivar o por lo menos, alejada de la corte, pues no hallo su nombre entre los personajes del séquito del monarca en los diplomas reales...".
Yo me imagino, querido amigo, que todo lo que te cuento te sonará a chino, pero te pido paciencia, te pido que respires profundo y prepares tu inteligencia para ir armando el rompecabezas genealogico que nos llevará a descubrir el verdadero linaje de Mio Cid.
Y para entender este desaguisado debemos conocer en primer lugar porqué Mio Cid se llama Rodrigo Díaz, su padre Diego Laínez y el padre de su padre Laín Nuñez. Y esto es fácil -explicaban mis profesores de Historia Medieval- sólo es cuestion de saber que la terminación de los patronimicos
se derivan del nombre del padre mediante los sufijos ez, oz, iz y hasta az, y que significan ‘hijo de’, por lo tanto, Rodrigo Díaz quiere decir, simplemente, Rodrigo hijo de Diego por lo que el padre de Mio Cid se llamaba simplemente Diego hijo de Laín, y así sucesivamente. La otra pregunta que muchos neófitos se haran, así como me los hice yo mas de un millon de veces es: ¿Qué toca Vivar en este concierto de cosas raras? Y te cuento una primicia: Rodrigo Díaz nunca usó el "Vivar" como apellido. A medida que la fama de Mio Cid fué creciendo fué necesario identificar al personaje de entre los varios Rodrigo Díaz que existían en el Reino de León, y entonces, comenzaron a agregar a su nombre el lugar de residencia que era la aldea de Vivar, cercana a la ciudad de Burgos. Y así se fué moldeando lo que con el tiempo -mucho tiempo- se conoce como Rodrigo Díaz de Vivar. En su época, alla por el año 1065 mas o menos Mio Cid era conocido sólo como Rodrigo Díaz, el de Vivar. Clarito como el agua, verdad? Entonces ahora, que ya tenemos meridianamente aclarado el problema de los nombres -porque para hablar de apellidos deberíamos adelantar el calendario hasta 1545, ver pasar a cuatro Papas de la Iglesia Católica y esperar unos 18 años para recibir la Bula pontificia que establecía la nueva forma de registrar el apellido de los cristianos.
En la próxima entrega, querido amigo te contaré exactamente porqué Mio Cid, el de Vivar, tenía "sangre azul" y era descendiente de la principal nobleza del Reino de León y no un simple aventurero segundón como nos ha pintado el insigne maestro don Ramón Menéndez Pidal, acompañado por un amplio coro de doctos tenores de la genealogía cidiana. Y además, fue Rey de Valencia.
Y tú, qué opinas?

2 comentarios:

Muchas gracias por tus comentarios. Saludos.