Nada perjudicó tanto a Mío Cid como su leyenda, esa leyenda que durante mas de Siete Siglos hizo de su biografía pura fantasía o simple negación. Aquí les cuento la verdadera historia de MIO CID, el de Vivar, guerrero invencible, Señor con mesnada propia y dueño de más de 50 Señoríos distribuidos a lo largo y ancho del Reino de Castilla, terror de moros y cristianos, Conquistador y Principe de Valencia.

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sábado, 22 de junio de 2019

MUSEO DE MIO CID - PARTE 2




Hola mi querido amigo, compañero de aventuras imaginarias y fiel “oidor” de mis escritos cidianos. Parece, mi querido amigo, que mis neuronas están bajas de energía y producto de esa falencia es que luego de haberos prometido -a toda orquesta- que la segunda parte del proyecto de creación del “Museo de Mio Cid” en la ciudad de Miami, USA,  la tendrías en tus manos “en breve”...no fue así y de eso han pasado ¡seis meses!. Lo que ocurrió, mi querido y respetado amigo es que, a pesar de haber hecho todo lo posible para que la situación de abandono y rechazo a mi proyecto de creación del Museo, por parte de las personas de quienes yo estaba seguro me acompañarían es esta locura no pesaran en mi ánimo, la pura verdad es que ese abandono me dejó totalmente devastado. 


Tardé un tiempo precioso en salir de la obscuridad y volver a la vida. Y apenas asomada la cabeza para disfrutar de los maravillosos colores y sabores mundanos que me ayudaran a  caminar de nuevo y a creer en la gente, una noticia extraordinaria hizo que lanzara lejos de mí las muletas mentales que me impedían caminar, y corriendo, como si quisiera superar al hombre mas veloz del mundo llamado Usain Bolt, me sumergí de cabeza en la noticia que decía: “ESTÁ A LA VENTA EL PALACIO DEL CID EN SOTOPALACIOS, BURGOS”.

Gracias Todopoderoso Creador del Universo, agradecí en silencio. Ahora nadie se negaría a apoyar el emprendimiento.  Ahora sí tendríamos un Museo-Biblioteca en honor a Mio Cid en su tierra. Tendríamos un hermoso Hospedaje Medieval aprovechando las comodidades que el Palacio ofrecía. Utilizaríamos el extenso terreno que bordea  la fortaleza para recrear en el los Torneos y Justas Medievales propios de la época; Utilizaríamos los jardines para realizar Conversatorios, Seminarios, Exposiciones, Ferias de Libros y Pinturas y toda actividad relacionada con la España Medieval.  Los planetas se estaban alineando. Las noticias contaban que el Palacio del Campeador se había reconstruido en el mismo sitio donde años atrás se encontraba la casona familiar de Don Diego Flaínez y Doña Teresa Rodríguez, padres de  Rodrigo.

Desempolvé mi escritorio con la rapidez que este nuevo proyecto ameritaba. Extendí sobre el mismo mapas, papeles, fotografías, lápices y calculadora  para dibujar este nuevo sueño y ordenar los números necesarios para su funcionamiento. La cosa estaba fácil. La unión hace la fuerza me repetía a cada momento. Sólo necesitaríamos que cada Burgalés y mis seiscientos amigos, parientes y seguidores donáramos Doscientos Euros y en menos de Una semana tendríamos el Palacio de Mio Cid en nuestras manos y el Museo en funcionamiento. Hice la oferta públicamente y promocioné la idea a todos aquellos que quisieran escucharla. Pedí me ayudaran legalmente para crear una Organización que gerenciara el proyecto y cuidara los intereses de sus benefactores. Y me preparé para recibir las miles de solicitudes de informes que con toda seguridad recibiría de parte de los interesados que pelearían entre sí para formar parte de esta privilegiada organización. Podía ver al Rey Felipe –descendiente de Mio Cid- y a los Grandes de España  habilitando el Museo y recorriendo sus instalaciones acompañados por los gritos de “Viva el Rey” y “Viva España” de la multitud enfervorizada.

Y me senté a esperar.   

Lastimosamente, el Proyecto de adquisición del Palacio de Mio Cid para la creación dentro del mismo del Museo-Biblioteca en honor al más grande héroe castellano sólo obtuvo el apoyo de menos de una docena de interesados.

Fue decepcionante.  Fue criminalmente decepcionante.

Y sabes qué fue lo más decepcionante? Que ninguna de las organizaciones, asociaciones, colectivos, grupos  -o como quieras llamarlo- que se llenan la boca usando la figura de Mio Cid para sus fines particulares, ninguna de ellas demostró el más mínimo interés en averiguar la realidad del Proyecto y su viabilidad para llevarlo a cabo. Nadie preguntó. A nadie le importó. El tan criticado espíritu hispano centrado en el egoísmo que impide el desarrollo de nuevos emprendimientos que beneficien a sus habitantes mostró nuevamente en esta ocasión su desagradable rostro. Exactamente como me ocurrió hace mas de veinte años con una idea similar. Cambiaron los personajes de turno, pero  no cambiaron su forma de actuar.

Y tú, qué opinas?

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