Nada perjudicó tanto a Mío Cid como su leyenda, esa leyenda que durante mas de Siete Siglos hizo de su biografía pura fantasía o simple negación. Aquí les cuento la verdadera historia de MIO CID, el de Vivar, guerrero invencible, Señor con mesnada propia y dueño de más de 50 Señoríos distribuidos a lo largo y ancho del Reino de Castilla, terror de moros y cristianos, Conquistador y Principe de Valencia.

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viernes, 4 de septiembre de 2015

LAS ESPADAS DE MIO CID - PARTE II - LA TIZONA

El actor norteamericano CHARLTON HESTON
personificando a MIO CID
LAS ESPADAS DE MIO CID: LA TIZONA
La verdad destruye a la leyenda.

“Si sobrevivo, querido amigo, en la próxima entrega te cuento sobre la verdad de la otra espada de Mio Cid, la más famosa, LA TIZONA.” Así terminaba mi ultimo escrito.

Y como lo prometido es deuda… aquí estoy, querido amigo!

He sobrevivido al exigente mundo de mis queridos lectores que fueron nada menos que unos 436 pares de ojos que ávidamente escudriñaron -al más puro estilo de Torquemada, el campeón de la ¿Santa? Inquisición - lupa en mano y crucifijo en la otra, la historia de la espada “Colada” de Mio Cid. Y te cuento que al más puro estilo de las Carmelitas Descalzas o de los Cartujos de Miraflores en pecado, apenas pulsé el “click” con el cual envié mi escrito sobre semejante reliquia histórica, pilar insustituible de la historia medieval española, puse rodillas en tierra y encomendé mi torturada alma a todos los santos conocidos y por conocerse pidiendo su perdón y su intermediación por semejante atrevimiento.


Por suerte, mi querido amigo, y gracias a la intermediación de los grandes hombres y mujeres de las diferentes religiones del mundo que intervinieron en mi favor, mis queridos lectores NO ME BAJARON EL PULGAR. Gracias a ellos, no tuve que implorar clemencia pronunciando reverente Ave Caesar, Imperator, Morituri Te Salutant como lo hacían los condenados a muerte en el Coliseo Romano.
Gracias a ellos, mi querido amigo, hoy puedo escribir sobre la otra espada de Mio Cid: la magnífica TIZONA.
Y para entrar en materia, te comento que el historiador britanico Michael Joseph Oakeshott, nacido en Chelsfield, Inglaterra en 1901 y fallecido en 1990, fué quien -en sus ratos de ocio, que por lo visto fueron muchos- se tomó el trabajo de estudiar los tipos de espadas fabricadas desde el Siglo XIII A.C. hasta nuestros días y catalogar a las más famosas y conocidas universalmente. Este estudio, aprobado por casi -digo casi- todos los historiadores y especialistas en el tema, encontró 22 tipos de espadas entre las cuales se encuentran las 10 espadas más famosas del mundo. Y, asómbrate querido amigo, entre las 10 espadas más famosas del mundo se encuentran, por ejemplo, la espada del Rey Arturo y las espadas de Mio Cid.
Y te digo asómbrate, porque el titanico trabajo realizado para presentar ante sabios y eruditos el resultado de sus investigaciones incluyó tres espadas…que jamás existieron.
Una de ellas, la famosa espada Excalibur del rey Arturo solo existió en la leyenda de los británicos quienes deseaban que los gobernara un rey sabio, justo, buena persona, respetuosa, etc, y que como todo Rey debía tener una espada fuerte y poderosa -recuerda que sobre esta espada se escribieron montones de libros, revistas y hasta películas y series para la televisión- y las otras dos la Colada y la Tizona de Mio Cid pelearon grandes batallas …que solo existieron en la imaginación del autor del “Cantar de Mio Cid” copiado por el religioso llamado Per Abatt.
Y hablando de la Tizona, querido amigo, varias espadas con ese mismo nombre o algo parecido ya existían antes de nacer Mio Cid, es así que en alguna parte del “Liber Fuedorum Mayor” -documento donde se registraba el actuar de los gobernantes de la época- el historiador Perez de Urbel hace mención a una apuesta muy deportiva realizada entre los Condes Berenguer Ramón “El Curvo” de Barcelona y Armengol de Urgel quienes fijaron el premio mayor de esa apuesta en quien de los dos se apropiaba primero de la espada Tizona que se encontraba en poder de algún rey musulmán -no dan nombre alguno- de aquella época y cuyo valor estaba tasado en “Cinco Mil sueldos“. Toda una fortuna. Eso ocurría allá por el año 1030, unos 20 años antes que Mio Cid naciera y aproximadamente unos 65 años antes que nuestro héroe ganara la “Tizona“-de acuerdo al “Cantar”- al rey musulmán Ibn Abú-Beker durante la campaña valenciana.
Luego de esto, querido amigo, la Tizona de Mio Cid desaparece.
Durante el reinado de Jaime I de Aragón (1213-1276) aparece entre las espadas de este rey una espada llamado Tissó y a quien urgentemente la leyenda histórica la bautiza, con unas cuantas gotas de agua bendita, llamándola “ la Tizona de Mio Cid”. Y eso sin pedir un solo documento de identidad. Sin siquiera sugerir un examen de ADN, ya que para eso “yo soy el rey” como dice una conocida cancion mexicana. Más tarde, reinando Pedro IV de Aragon (1336-1387) unos 60 años después aparece -muy campante ella- la Tizona de Mio Cid en el inventario real de este nuevo monarca. En 1453 el Tesoro de Castilla recupera costosas armas y joyas que fueran robadas por Alvaro de Luna, hijo bastardo de un noble aragones que manejó la traicion, la delación y el pillaje en la Corte del rey Juan II de Castilla, y entre estas armas se encontraba “La Tizona de Mio Cid”. En 1503, querido amigo, la famosa reina Isabel “La Católica” ordena a su senescal Gonzalo Gaspar de Griccio que realice un inventario de las armas que se encontraban en el Alcázar de Madrid - el Museo Militar más antiguo del mundo- y…sorpresa!!! Allí estaba nuevamente la famosa “Tizona”, pero parece que este senescal era un poco mentirosillo porque -la mentira tiene pata corta- de acuerdo con la versión del historiador y Obispo Prudencio de Sandoval (1560-1621) en la fecha en que se realizó el inventario realizado por Griccio la “Tizona de Mio Cid” se encontraba en el Castillo de Marcilla, en Navarra, Mayorazgo de los Falces y era imposible que la citada espada se encontrara en Madrid, a no ser que Merlin, el mago,  ayudara con dos toques mágicos para que ella -la espada- se encontrara en dos sitios diferentes en un mismo momento. 
Y tú me preguntarás, amigo mío, qué tiene que ver esto con lo otro?
Respira profundo que ahora te lo cuento.
A Isabel "La Católica", como a todos los hijos e hijas de los reyes y poderosos nobles de la época se los utilizaba como moneda de cambio para forjar alianzas político-militares con otros reyes. Tanto es así que a falta de sus padres -los padres de Isabel- se encargó de buscarle marido su hermanastro el rey Enrique IV de Castilla “El Impotente”, nombre muy sugestivo, verdad?

El Principe Fernando de Aragón fué el primer candidato elegido cuando Isabelita tenía tres añitos; el segundo y por dos veces consecutivas fué el rey Alfonso V de Portugal quien fué rechazado por la doncella debido a que el pretendiente era unos 20 años mayor que ella; luego el afortunado fué Pedro Girón, Gran Maestre de Calatrava, 40 años mayor que ella. Murió envenenado cuando se dirigía a sus esponsales. También el hermano del rey Luis XI de Francia, el Duque de Guyenne estuvo entre los aspirantes pero no pasó nada con él porque el corazoncito de Isabel “La Católica” había quedado prendado de amor -cuando sólo tenía tres añitos- del primer elegido: Fernando de Aragón quien fué, al final, quien se quedó con la fiesta con postre incluido.
Y te cuento, mi querido amigo, que Isabelita no se quedó quietecita como una buena hija a la espera de su príncipe azul. Ella y su prometido en primera instancia, Fernando de Aragón, hicieron todo lo que estaba a su alcance para salirse con las suyas y contraer nupcias. Fueron los protagonistas de la “tocatta y fuga” más romántica de la historia, casi sacada de los cuentos de Walt Disney: Isabelita ideó una visita al pueblo de Ocaña para visitar la tumba de un hermano fallecido y el vivaracho principe Fernando de Aragón se disfrazó de caballerizo de un comerciante para encontrarse con ella, casarse y disfrutar de varias ardientes noches de bodas -con gemidos incluidos- esperada con ansias locas. El casorio se celebró en el palacio de los Vivero, en Valladolid, el 19 de Octubre 1469 y el “comerciante” que fungía como patrón del principe Fernando fué uno de sus nobles de mayor confianza llamado Pedro de Peralta y Ezpeleta, conocido también con el nombre de Mosen Pierres de Peralta.

Y a esta altura del campeonato, y con justa razón, me preguntarás amigo mío: Y que pasó con la Tizona?

Y te cuento, antes de que te comas las uñas de todos los dedos de la mano, que el entonces Principe de Aragon y dueño del amor -y de todo el cuerpecito- de Isabelita, llamó a su fiel amigo Pedro de Peralta y Ezpeleta -el falso comerciante- y en un gesto sin precedentes, espectacular, magnánimo, le regaló por los servicios prestados para la realizacion de su matrimonio nada mas y nada menos la ”Tizona de Mio Cid“!
Ya veo, amigo mio, la cara de tonto que estás poniendo porque no encuentras el hilo conductor que te lleve a dilucidar este embrollo. Y te ayudo: ¿recuerdas que anteriormente te habia comentado que el Obispo Prudencio de Sandoval había declarado que la Tizona de Mio Cid se encontraba en el Castillo de Marcilla y no en el Alcázar de Madrid como decía el senescal Griccio? Porque el Castillo de Marcilla, querido amigo, era la ”humilde” vivienda de Pedro de Peralta y Ezpeleta , el amigo de Fernando de Aragon y responsable de que la “tocatta y fuga” realizada con Isabel de Castilla se hubiera realizado. El espectacular regalo recibido - nada menos que la “Tizona de Mio Cid”- trajo aparejado unos años más tarde, en 1513, otro obsequio, menos añejo pero con más beneficios politicos y economicos como lo fué el título de Marqués de Falces, que hasta hoy lo ostentan los descendientes de Pedro de Peralta y Ezpeleta. En este Castillo de Marcilla se hospedó la “Tizona de Mio Cid” durante mas de 400 años. Luego, y por una de esas razones estupidas de la nobleza esa espada fué llevada al domicilio particular de uno de los Marqueses de Falces en Madrid. De allí en 1936 -en plena Guerra Civil española- la “Tizona de Mio Cid” fué robada por un grupo de comunistas integrantes del Comité Rojo “Los Sastres”. Una vez recuperada, el arma fué depositada en el Museo del Ejército; posteriormente y debido a una reorganización administrativa la misma fué transladada al Alcázar de Toledo donde estuvo en guarda hasta el año 2007.
La pregunta que los investigadores se hicieron luego de muchos años de sesudas elucubraciones y discusiones llevadas a cabo en notables sesiones nocturnas regadas con buen vino de Navarra fué: “¿sigue siendo la espada que fuera robada por los comunistas del Comité “Los Sastres” la misma espada Tizona que tuvieron los Marqueses de Falces en su domicilio en 1936, la misma sobre la cual juraron cada uno de los 17 Marqueses y también algunos Reyes hasta Alfonso XIII?, o los desalmados que la robaron la destruyeron cambiándola por la que hoy todos la conocemos?” Al final de esta historia te encontrarás con la más pura verdad.
Sigues allí, amigo mío?
Porque si este zaperoco es demasiado aburrido, levántate, camina un poco y regresa con nuevos bríos, porque la parte más interesante recién llega ahora.
“La Tizona de Mio Cid” que estuvo en poder de los Marqueses de Falces a quienes llegaría -como ya te lo expliqué- obsequiada por Fernando de Aragón, “El Católico” tiene una hoja de 93,3 cm de longitud en total y 4,3 cm de ancho máximo. La acanaladura del centro mide 3,36 mm. En este canal está grabada la leyenda «IO SOI TIZONA Q[ue] FUE FECHA [='fui hecha'] EN LA ERA DE MIL E QVARENTA [=año 1002]», por una de las caras, y por la otra «AVE MARIA GRATIA PLENA DOMINUS MECUM [sic]». Su guarnición tiene el pomo plano, el puño largo y cónico, forrado de alambre de hierro, el arriaz es curvo y las patillas tienen pitones.
De acuerdo a los tecnicos espaderos -es decir, los que fabrican espadas- todo ello responde a una tipología que data de fines del Siglo XV y la inscripción es claramente falsa; por ejemplo, la palabra Tizona se difunde solo a partir del siglo XIV, frente a Tizón, que es el término con que se la nombra en las fuentes más antiguas. El insigne historiador y filólogo cidiano don Ramon Menendez Pidal considera que esta espada es una falsificación del Siglo XVI. Otros autores, como Bruhn, también coinciden en que esta “Tizona de Mio Cid” es más falsa que promesa de politicos.
Como te quedó el ojo, querido amigo?…y atájate porque viene otra.
En el año 1999 el propietario por herencia de la espada “Tizona de Mio Cid”, el Marqués de Falces José Manuel Suárez de Otero inicia gestiones para vender la reliquia al mejor postor, nacional o internacional, sin importar el pelaje.
Investigaciones realizadas por la Universidad Complutense de Madrid, publicadas en 2001 -hace unos 14 años- señalan que la hoja de esta espada es del siglo XI; sin embargo el Conservador de la Real Armería llamado Alvaro Soler del Campo indica que la hoja está formada por tres piezas soldadas y que su tipología es la misma que la de la empuñadura, guarnición y el epígrafe, que son de época de los Reyes Católicos y no del Siglo XI, cuando Mio Cid guerreaba para “ganarse el pan”. Todo indica, mi querido amigo, que pese a lo dicho por la Universidad Complutense, se trata de una falsificación de época bastante posterior, aunque se pudieron utilizar fragmentos de hoja de espada del siglo XI para componerla.
Mientras tanto y a pesar de los informes de la Universidad Complutense de Madrid y otros relacionados al tema, los españoles fieles a su tradición medievalista -cosa que admiro porque la defienden a capa y espada- por medio del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, Decreto No. 1414 del 20 de Diciembre de 2002 mediante, declaró a la “Tizona de Mio Cid” como “Bien de interés Cultural” en la Sección de Instrumentos Militares.
En el año 2007 el propietario José Ramón Suárez del Otero, 17o. Marqués de Falces, ofreció su venta al Ministerio de Cultura, que rechazó la compra por no existir constancia histórica de que realmente perteneciera a Mio Cid y por el elevado precio exigido por el proprietario. Ante tal negativa el Marqués continuó con sus gestiones para vender la reliquia cidiana al mejor postor que encontrara y sus ojos se dirigieron a los Estados Unidos de América, donde varios millonarios gringos estaban prestos para escribir los cheques correspondientes.
Ante semejante audacia, querido amigo; audacia que conmocionó las medievales piedras que sustentan las pocas referencias cidianas de los pueblos de Vivar del Cid, de Burgos y de otras que de un tiempo a esta parte han encontrado -y aprovechado- los beneficios economicos, turismo mediante, que todo lo relacionado a Mio Cid deja como valor agregado a los diferentes programas medievales; autoridades, pueblo y empresarios castellanos y leoneses llamaron e iniciaron una nueva Cruzada Cidiana: Compremos la “Tizona de Mio Cid” antes que los gringos se la lleven a Disney World!!!
Ante semejante amenaza y con el conocido empuje que tienen los españoles para defender hasta lo indefendible, la Junta de Castilla y León, la Cámara de Comercio e Industria de Burgos y las fuerzas vivas de la región -colaboración mediante- pagaron en el año 2007 1.600.000 Euros al Marqués de Falces don José Ramón Suarez y Velluti por la espada conocida como la “Tizona de Mio Cid”. Recibida la sagrada reliquia previo millonario pago, y con el honor establecido en el protocolo corrrespondiente se procedió a rociarla con agua bendita, pronunciar una oración para salvaguardarla de todas las maldiciones pasadas y futuras y depositarla con los honores de estilo en el Museo de Burgos. El Marqués vendedor se encuentra hoy viviendo en Israel ‘por si las moscas’ disfrutando de la fresca viruta.
Antes de despedirme, querido amigo, quiero dejar impreso nuevamente el motivo principal por el cual el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de España declinó la compra de la histórica "Tizona de Mio Cid" y que dice textualmente:“…rechazó la compra por no existir constancia histórica de que realmente esa espada perteneciera al Cid”

Y tú, qué opinas”

 


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